El barrio de Santa Cruz puede presumir de ser uno de los más bonitos de la ciudad alicantina. Ubicado a los pies del Castillo de Santa Bárbara, destaca por la apariencia de sus casas bajas y pintorescas, el colorido de estas, así como las numerosas pendientes y calles estrechas por las que puede pasear al tiempo que disfruta de su encanto especial.
Además, cuenta con numerosos bares y restaurantes en los que podrá deleitarse de la gastronomía mediterránea.